Pequeña
rosa,
rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra
El poeta es un fingidor. Finge tan completamente Que hasta finge que es dolor
el dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe, Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive Sino aquél que no han tenido.
miércoles, 15 de abril de 2009
En tí la tierra (Pablo Neruda)
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