lunes, 6 de abril de 2009

El Mundo celebra 120 años del Nacimiento de la Gran Gabriela Mistral





















Miedo

Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan

Asi comienza uno de mis poemas favoritos de Gabriela Mistral, de quien mañana jueves 7 de Abril se celebrán 120 años de su Nacimiento (nació en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889). Ella es la gran poeta, la que fuera llamada "Reina de la literatura latinoamericana", al momento de recibir el Nobel en 1945.

Fue Pedagoga, Diplomática y sin duda, una mujer transgresora en su tiempo. A lo largo de su vida tuvo dos grandes amores, la educación y la poesía, siempre
ejerció una importante labor reformadora en el terreno educativo. Fue una de las primeras mujeres que dirigio una embajada ante la Sociedad de Naciones.

Su vida personal esta marcada por el dolor, muchos de ellos se encuentran reflejados en su poesía a veces dura, siempre realista, pero llena de calidez y emoción.
"Fui criatura estable de mi raza y mi país, escribí lo que veía o tenía muy inmediato, sobre la carne caliente. Desde que soy criatura vagabunda, desterrada voluntaria, parece que no escribo sino en medio de un vaho de fantasmas", diría ella sobre su obra.

Cuando Lucila tenías tres años, su padre, abandona a su familia, según algunos biógrafos de la escritora, por encontrarse sin trabajo como docente y no poder mantener el hogar.

Petronila Alcayaga decide dejar La Unión y establecerse con Lucila en Montegrande,
aldea en la que vive su otra hija, Emelina Molina Alcayaga —quince años mayor
que Lucila y fruto de un matrimonio anterior—, que ejerce en la aldea como maestra rural. La figura materna será esencial en la infancia de la poetisa, como lo atestigua su composición en prosa «Evocación de la madre», una de las páginas más emotivas de su creación: «y a la par que mecías, me ibas cantando (...) En esas canciones tú me nombrabas las cosas de la tierra: los cerros, los frutos, los pueblos, las bestiecitas del campo, como para domiciliar a tu hija en el mundo».


Lucila crece en la Union, entre canciones de cuna que su madre le canta, canciones de cuna que serán importantísimas en su poesía, composiciones que adquirirán protagonismo en su Libro "Ternura".
«Porque duermas, hijo mío, / el ocaso no arde más:/ no hay más brillo que el rocío, / más blancura que mi faz. // Porque duermas, hijo mío, / el camino enmudeció: / nadie gime sino el río; / nada existe sino yo».


A los trece años escribe sus primeros versos.

en 1903 comienza a trabajar como maestra en la escula del pueblo de La Compañia Baja. A esta profesión se dedicara toda su vida.

En 1904, a la edad de 15 años, Lucila Godoy fue nombrada ayudante en la Escuela de La Compañía Baja. Ese mismo año comenzó a entregar sus colaboraciones al diario El Coquimbo.

El 12 de diciembre de 1914 obtiene el primer premio en el concurso de literatura de los Juegos Florales organizados por la FECh en Santiago, por sus Sonetos de la Muerte. Desde entonces utilizó el seudónimo literario Gabriela Mistral en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral

Su Obra:

Sonetos de la Muerte (1914) gran poetr
Desolación (1922)
Lecturas para mujeres (1923)
Ternura (1924)
Nubes blancas y breve descripción de Chile (1934)
Tala (1938)
Antología (1941)
Lagar (1954)
Recados, contando a Chile (1957)
Poema de Chile (1967, edición póstuma)
Todas íbamos a ser reinas (1938)

Postumamente se recogieron su \"Epistolario\" (1957) y sus \"Recados contando a Chile\" (1957), originales prosas periodísticas,
dispersas en publicaciones desde 1925

El 10 de diciembre de 1945 recibió el Premio Nobel de Literatura de manos del Rey
Gustavo V de Suecia. Con este galardón se convierte en el primer literato
latinoamericano en ser premiado con el Nobel. En la ceremonia de premiación fue
llamada la "reina de la literatura latinoamericana".


Gabriela Mistral recibiendo el Nobel



"Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa", dijo, luego de que el rey Gustavo V de Suecia le diera el galardón.

Seis décadas después, Mistral seguia siendo la única mujer escritora de la
lengua de Castilla que ha recibido el premio sueco.

Su poesía, sin embargo, es poco conocida en el mundo.

Recién en el año 1951, obtuvo el reconocimiento oficial de su país al recibir el
premio Nacional de Literatura, 6 años después de recibir el Nobel. Desde que salió de Chile en 1922, sólo regresó tres veces. Sentía que en su país la habían tratado con mucha injusticia.

Cuando obtuvo el Nobel tampoco fue a Chile: sólo lo hizo, brevemente, nueve años después y la recibida como una gran poeta.

Gabriela Mistral murió de cáncer en Nueva York, Estados Unidos, en enero de 1957.

Celebraciones
Durante el año 2007 llegaron a Chile cartas, escritos y varios tesoros que componían el legado de la poetisa, incluyendo primeras versiones de varias obras y
poemas inéditos y que estuvieran en manos de su albacea Doris Dana, éstos se expondrán a partir de mañana en Vicuña, el pueblo natal de la ganadora del Premio
Nobel, en la exposición "Chile, o una voluntad de ser.

La muestra reúne cerca de 50 documentos que presentan variados aspectos de la vida de la autora, desde su particular modo de escribir hasta su
relación con Yin Yin, su amistad con importantes intelectuales de su época y los reconocimientos que recibió.Además, se incluyen fotografías de sus álbumes personales, manuscritos de sus más importantes obras y archivos de audio con su voz. La muestra posteriormente seguirá en gira por Chile después del 30 de Abril.

Miedo

Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.

Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.

Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!

2 comentarios:

www.magnoliaseneljardin.blogspot.com dijo...

Ahora,ya puedo emitir una opinión; ¿recuerdas que me la pediste?
Me parece muy interesante las aportaciones que nos haces, para mí que tengo escasa cultura, un placer conocer a través de tu sensibilidad
Magnolias a la lluvia de abril

Poemas a 1000 dijo...

Muchas gracias por tu comentario, espero que vuelvas frecuentemente por aca... yo ire con gusto frecuentemente por tu sitio....